jueves, 17 de abril de 2008

Reflexión sobre el género entrevista

En el diccionario la entrevista es definida como el encuentro y la charla entre dos o más personas en un lugar determinado para tratar algún asunto. Y como una conversación que entabla un periodista con un personaje de actualidad para difundir sus opiniones.
Efectivamente se trata de la reunión de dos o más personas: entrevistador y entrevistado/s, que se unen con el fin de satisfacer la necesidad de información por parte del primero.
Teniendo en cuenta a la persona entrevistada la entrevista se vuelve versátil y mutable, ya que puede cambiar acorde a las respuestas que dé el entrevistado, lo que hace que se formulen preguntas no planeadas o que se supriman algunas. No se puede saber con anterioridad qué va a ocurrir, ó cómo va a reaccionar el entrevistado.
Tal como dice Ulibarri: “Hay casi tantos tipos de entrevista como personalidades y papeles existen […] parte de la preparación consiste también en considerar que una entrevista es un contacto humano, un intercambio no sólo de datos o ideas sino también de instintos, emociones, temores, simpatías, antipatías y oportunidades”
[1]
De esto también se puede derivar que el entrevistador no sólo recibe información para despejar sus dudas, también recibe información de la personalidad de su entrevistado. Esto sucede cuando el entrevistador esta atento, o mejor dicho observando los gestos y reacciones del entrevistado a medida que avanza la entrevista.
La entrevista se transforma así en un ir y venir de información de todo tipo. Porque el entrevistado también capta información de su entrevistador, no hay que subestimarlo. El entrevistado está atento a los gestos, a los tipos de preguntas y sobre todo a la posición que tiene el entrevistador frente a él, es decir si se pone a la misma altura o no, si la entrevista es llevada por el entrevistador o si lo deja en sus manos.
Pero hay que tener en cuenta que todo esto se dá cuando ambas personas tienen el interés puesto en la entrevista o sólo lo hacen por compromiso o sin el tiempo necesario.


[1] Ulibarri, Eduardo: Página 94, en Idea y vida del reportaje, Trillas, México D.F., 1994.

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